¡Hola!

Me llamo María y me encanta observar la vida. Mis ojos fueron mi primera cámara desde que tengo uso de razón. Ahora tengo más de una para ayudarme a mostraros lo que yo veo y cómo lo veo.

Empecé a sumergirme en este mundo como vía de expresión de lo que no era capaz de decir con palabras. Hoy, hablo mejor con los ojos que con la boca.
Lo más difícil para mí, fue ponerme delante de la cámara (y lo sigue siendo). Sonreír en un autorretrato es mi reto más reciente.

Tengo un marido maravilloso y cuatro hijos (dos de ellos perrunos, uno velando por nosotros desde el cielo), así que tengo modelos donde elegir. Son mi inspiración y mis ganas de levantarme cada día.

Odio el ruido, los gritos, las sirenas de emergencias, las alarmas y oírme pensar mucho rato; por eso siempre que estoy sola, o sola en la ciudad, escucho música.
Me encanta reír.

Vivo en un pueblecito pequeño frente al campo, y lo primero que oigo por las mañanas es el sonido de los pájaros, sin olvidar jamás mi queridísima ciudad soñada, Ronda, donde nací y donde vive casi toda mi gran familia.

Gracias por estar ahí.

Maríah Mena